Diez países que necesitan oraciones por la paz
En muchas partes del mundo, el comienzo del nuevo año no será un tiempo de paz. Por ello, ACN invita a todos los bienhechores y personas de buena voluntad a rezar junto con las palabras que nos han enviado misioneros, religiosos y obispos de diez países con problemas, para que podamos suplicar a Dios por la paz en sus tierras:
- Tierra Santa (Gaza)
La incursión en Israel de militantes armados de Hamás conmocionó al mundo el 7 de octubre. La respuesta de Israel incluyó bombardeos y una invasión terrestre de Gaza, que ha tenido efectos devastadores para la comunidad cristiana local.
“Mientras celebramos el nacimiento de Jesús, pido que cese todo ruido. En vísperas de Navidad, que la tierra dé nuevos frutos; en vísperas de Navidad, que cese la guerra; en vísperas de Navidad, que florezca el amor. Señor Jesús, ven a nuestros corazones. Hemos preparado nuestro belén para Ti. Te pido por todos los niños muertos en esta guerra; por todos los que han caído en las calles, sin ser vistos; por toda la población de Gaza, que ha sido desplazada y se ha quedado sin nada. Te pido que les ayudes y les des esperanza para seguir viviendo, porque contigo la vida es bella. Bendícenos, bendice nuestra tierra y el mundo entero, y que Tu nacimiento sea una fuente de paz que nunca se seque. Amén”.
Hermana Nabila Saleh, de la Congregación del Santo Rosario, que apoya a los cristianos de Gaza desde el comienzo del conflicto, el 7 de octubre.
- Ucrania
Ucrania mantiene una guerra defensiva contra Rusia desde 2014, pero el conflicto se recrudeció en 2022 con una invasión a gran escala.
“Señor Jesús, ilumina a nuestros líderes. Señor Jesús, destruye el deseo de guerra. Señor Jesús, disipa el odio. Señor Jesús, fortalece la esperanza. Señor Jesús, reconcilia todos los corazones. Señor Jesús, une en ti a todas las naciones. Señor Jesús, protege a los pobres y desamparados. Señor Jesús, consuela a los que sufren.
Señor Jesús, acoge a los que perecen por la violencia. En este tiempo tan especial del año, en el que nos preparamos para recibir al recién nacido, nuestro Señor Jesucristo, en medio del frío, sin electricidad, sin calefacción, pero con Dios, que viene a nacer de nuevo entre nosotros, celebraremos esta Navidad y pediremos que la presencia de Dios sea nuestra esperanza, nuestra fe y la fuente de nuestra vida en la guerra. Que la Sagrada Familia sea un ejemplo de cómo acoger a Jesucristo en esta Navidad tan especial”.
Arzobispo Mayor Sviatoslav Shevchuk de la Iglesia greco-católica ucraniana
- Myanmar
El golpe de Estado de 2021 en Myanmar provocó actos de resistencia interna, y la junta militar ha intensificado su persecución de las minorías étnicas, incluidas las comunidades cristianas.
“La situación en la diócesis es muy peligrosa. Estamos en medio de un conflicto armado, y la mayoría de las parroquias han sido abandonadas. Quisiera recordar que una diócesis es una parte del pueblo de Dios, confiada a un obispo en colaboración con el presbiterio. No es simplemente una zona geográfica, sino una comunidad que se reúne en torno a un obispo, en unidad con sus sacerdotes. El motor principal de la comunidad es el anuncio del Evangelio y la celebración de la Eucaristía. En nuestro caso, la Iglesia fundada por Cristo está viva y presente, incluso entre los que sufren. Es importante que todos permanezcamos unidos y construyamos una comunidad preparada para atravesar el desierto, unida por el Evangelio y la Eucaristía. Sabemos que Cristo, el Buen Pastor, cuida de su rebaño, por el que dio la vida. Podemos confiar en que ésta es Su voluntad para nosotros en este momento. Nunca debemos dudar de sus palabras, como prometió a san Pablo, a quien dijo: “Bástame mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad”. Tenemos todos los motivos para confiar en Él, que no dejará de sostenernos en nuestros esfuerzos por hacer el bien. El Señor es mi pastor, nada me falta” (Salmo 23).
Aunque seamos ovejas, saldremos victoriosos, y aunque estemos rodeados de muchos lobos, venceremos. Hagamos todo lo posible por comportarnos como buenas ovejas, cuidándonos unos a otros, animándonos mutuamente, amando y haciendo el bien. Pongamos nuestra comunidad en manos de la Santísima Virgen María y de San José, que, en aquella noche oscura de Belén, llenos de amor, adoraron y protegieron al Hijo de Dios, Señor encarnado y Príncipe de la paz. Que la Madre María y San José protejan a todos los que están en peligro”.
Obispo Celso Be Shwe de Loikaw
- Sudán
Tras un primer golpe de Estado en 2019, Sudán sufrió un segundo golpe en 2021, durante el cual el general Abdel Fattah al-Burhan se hizo con el poder. En 2023, diferentes facciones militares comenzaron a enfrentarse entre sí, desencadenando una guerra civil que ha afectado significativamente a la pequeña comunidad cristiana del país.
“Señor Jesús, Rey de la Paz, a pesar de tener un hogar en Nazaret, Tu madre y padre adoptivo se vieron obligados a viajar a Belén. Y allí, al no encontrar hogar, naciste en un establo, un pesebre – ¡Tú, el Rey de la Paz! Tú, el Hijo de Dios.
Pues bien, aquí, en Sudán, miles de personas se han visto obligadas a huir de sus queridos hogares y buscar una vida de paz y seguridad lejos, como refugiados o desplazados. También aquí, en Dar Mariam, nos has dado una gran familia de personas con las que vivir, ¡todas las cuales desean fervientemente volver a sus pobres y pequeños hogares, pero no pueden hacerlo debido a la insensata y trágica guerra en Sudán!
¡Mira con misericordia al pueblo de Sudán! ¡Con el poder de Tu sangre derramada desde la Cruz, golpea a todas las partes beligerantes con Tu poderoso amor y reconciliación! Que los grupos beligerantes se reconcilien y negocien un largo alto el fuego y luego la verdadera paz en Sudán.
¡Que los gritos ansiosos y angustiosos de los pobres, los que sufren y los enfermos se eleven hasta Ti, oh Jesús, Rey de la Paz! ¡Derrama sobre Sudán tu precioso don de la paz! Que sean destruidas todas las armas de guerra y el espíritu de odio, venganza, codicia y orgullo. ¡Que la verdadera paz florezca de nuevo en Sudán! Amén”.
Padre Jacob Thelekkadan, misionero salesiano en Sudán, al servicio de los cristianos en Dar Mariam
- Burkina Faso
La violencia en Burkina Faso forma parte del conflicto regional en el Sahel, donde grupos islamistas han impuesto estrictas normas sociales que afectan a las minorías cristianas locales.
“Jesús Emmanuel, que vienes en Navidad para instaurar la paz, la seguridad y la justicia en el mundo, mientras nos disponemos a celebrar la Navidad de 2023 y nos preparamos para el Año Nuevo de 2024, oramos por Burkina Faso, por el Sahel y por todos los países cuyo bienestar, libertad y paz se ven amenazados por gravísimos actos de terrorismo. Jesús Emmanuel, Tú eres el Príncipe de la Paz. Mira a tus hijos y escucha nuestra súplica: concede a todos los corazones afligidos el consuelo de la solidaridad y de las manos que ayudan; a los desplazados internos, un pronto regreso con sus familias; y a los que nos han dejado, el descanso eterno. Te pedimos por todos los que sufren y por los que causan sufrimiento. Ten piedad de los que mueren y de los que matan. Concede a ambos una profunda conversión del corazón y suscita en todos nosotros el amor al prójimo, una fraternidad real y activa. Jesús Emmanuel, Tú que eres el Hijo de la Virgen María, salva a Burkina Faso y a todos los países que sufren la angustia de la guerra. Concédeles la paz real y duradera que viene de ti. Amén”.
Padre Honoré Ouedraogo, sacerdote de la diócesis de Tenkodogo en Burkina Faso
- República Democrática del Congo
La RDC vive episodios de violencia desde hace décadas, especialmente en el este, con conflictos que se remontan a los años 90. Estas tensiones incluyen los enfrentamientos con la vecina Ruanda y la actividad de varias milicias regionales. Y las tensiones étnicas en distintas regiones del país se han intensificado recientemente, agravando la inestabilidad y el sufrimiento del pueblo congoleño.
“Ven, Príncipe de la Paz, y haz callar las armas. Señor Dios, Padre nuestro, que creaste a todos los hombres a tu imagen para que fueran felices y te sirvieran en paz hasta la llegada del Reino de los Cielos. Señor, Padre nuestro, cada día un congoleño es asesinado a tiros, dejando tras de sí un dolor insuperable. Las lágrimas corren sin cesar a causa de los malos caminos de la humanidad. Ven a secar las lágrimas de los que sufren en las guerras de todo el mundo. Ven, especialmente, a secar las lágrimas de los congoleños, que han soportado injustamente el peso de las guerras durante varias décadas. Danos la fuerza para perdonar a los que matan, como Tú hiciste en la Cruz. Danos la fuerza para rezar por la conversión de nuestros enemigos. Príncipe de la Paz, seca nuestras lágrimas. Príncipe de la Paz, consuela nuestros corazones sangrantes. Príncipe de la Paz, danos la Paz. Amén”.
Padre Robert Kasongo Nsaka, sacerdote de la diócesis de Kabinda en la RDC
- Etiopía
Tras el conflicto de Tigray, Etiopía vuelve a vivir un periodo delicado y con tensiones internas. En 2023, aumentaron los enfrentamientos entre amhara y oromo, lo que intensificó la inestabilidad y las preocupaciones que ya existían en el país.
“¡Señor Dios de la paz, escucha nuestra oración! Ponemos a Etiopía y a su pueblo en tus manos para que nos concedas tu paz duradera.
Hemos intentado tantas veces a lo largo de tantos años resolver nuestros conflictos por nuestro propio poder y por la fuerza de nuestras armas. Que optemos por el diálogo y la reconciliación. ¿Cuánta sangre se ha derramado? ¿Cuántas vidas destrozadas? ¿Cuántas esperanzas enterradas? Nuestros esfuerzos han sido en vano.
Ahora, Señor, ¡ven en nuestra ayuda! Concédenos la paz; enséñanos la paz; guía nuestros pasos por el camino de la paz.
Señor, apaga la violencia de nuestras lenguas y de nuestras manos. Danos el valor de decir: ‘¡Nunca más! Con la guerra, todo está perdido’. Infunde en nuestros corazones el valor de dar pasos concretos para alcanzar la paz. Amén”.
Mons. Lisane-Christos Matheos Semahun, obispo de Bahir Dar-Dessie
- Camerún
Desde su independencia, Camerún ha sufrido conflictos internos: la comunidad anglófona se siente discriminada por la mayoría francófona del país. Y desde 2016, hay una guerra civil en curso por la independencia del sur de Camerún. Miles de personas han muerto en el conflicto, y más de medio millón se han visto obligadas a huir de sus hogares.
“Señor Jesucristo, Tú eres el Sacerdote eterno, el Rey de reyes, el Señor de señores y el Príncipe de la Paz. Celebramos Tu nacimiento, Señor, en un momento en que nuestro mundo está acosado por diversas guerras, que nos privan de la paz y la tranquilidad en el cuerpo, en el alma y en el espíritu. Ante esta realidad, nos dirigimos a Ti con confianza, implorándote que vengas en nuestra ayuda y nos infundas el valor de dar pasos concretos hacia una paz duradera. Te pedimos el fin de la violencia en Camerún. Abre nuestros ojos para que podamos verte, y nuestros corazones para que podamos amarte de verdad a Ti, Príncipe de la Paz, en cuyas manos están las llaves de esa paz que el mundo no puede dar. Amén”.
Mons. Aloysius Fondong Abangalo, obispo de Mamfe
- India
La situación en el estado de Manipur, que no es ajeno a los conflictos religiosos y étnicos, empeoró en 2023, con la intensificación del resentimiento étnico, que llevó a la persecución religiosa. El impulso a la supremacía hindú propugnado por el partido gobernante, el BJP, se ha traducido en una mayor intolerancia hacia los cristianos.
“La situación sigue siendo sombría y tensa. Mientras tanto, miles de personas siguen en campos de refugiados porque sus casas fueron destruidas. La Iglesia participa en el diálogo con otras organizaciones religiosas y ha pedido a las autoridades que encuentren soluciones pacíficas. Sin embargo, aún queda mucho por hacer, y las necesidades son inmensas, debido a la considerable destrucción y las pérdidas sufridas por las comunidades y la Iglesia. En estos momentos, lo que más necesitamos son vuestras oraciones. El poder de la oración puede transformar las mentes de quienes están alimentados por el odio y la intolerancia religiosa. Necesitamos rezar por nuestros líderes políticos, por quienes toman las decisiones, y por todas las personas de buena voluntad, para que busquen soluciones pacíficas a esta violencia comunal y a la intolerancia religiosa en curso. Que haya paz, armonía y fraternidad, y que se haga justicia a quienes han sido privados de sus derechos y de su dignidad”.
Arzobispo Dominic Lumon de Imphal
- Haití
Tras el asesinato del presidente Jovenal Moise en 2021, Haití se ha enfrentado a niveles crecientes de caos, con bandas criminales que controlan partes clave del país. La delincuencia y la pobreza son rampantes, con un aumento alarmante de asesinatos, secuestros y violencia sexual, dejando a la población extremadamente vulnerable.
“En Haití, celebraremos la Navidad en un contexto de gran sufrimiento, causado especialmente por el dominio de los grupos armados y la indiferencia de los actores políticos. Pero nuestra esperanza es fuerte. Recemos para que la fiesta del Emmanuel sea una oportunidad para aumentar la unidad fraterna y encontrar la liberación de nuestras largas noches de miedo, desconfianza y violencia. Esperamos ver el apoyo de la comunidad internacional para el desarme y la recuperación de nuestro país. Que todos permanezcamos en la paz del Señor durante esta Navidad y durante todo el año 2024.
Mons. Max Leroys Mesidorof Puerto Príncipe
—Maria Lozano