Un curso para ayudar a las jóvenes religiosas a afrontar el trauma en una región en conflicto

 

Las Hermanas de Santa Ana son una congregación cuya casa de formación en la ciudad de Bamenda está a solo una milla de la zona donde se libran los combates. Fundadas en Italia en el siglo XIX, las Hermanas se dedican a educar y apoyar a los niños y jóvenes pobres y desfavorecidos. Ahora, hay “una atmósfera de miedo imperante”, dice la hermana Pamela Bongben, que dirige la casa de formación.

Hay 3 postulantes, 5 novicias y 37 religiosas jóvenes con votos temporales que se están formando en la casa dedicada a esta labor. Estas jóvenes monjas y novicias han quedado traumatizadas por la violencia de la que han sido testigos directos y por el clima de miedo permanente. Por ello, la congregación propone ofrecerles un taller de dos semanas en el que aprenderán a afrontar estas experiencias y a sobrellevar la situación sin sufrir grandes daños por ello. El objetivo es inspirarles una nueva confianza y ayudarlas a superar la sensación de miedo que persiste.

La esperanza es que estas jóvenes no solo se beneficien personalmente de este apoyo, sino que también aprendan a ayudar y apoyar a otras personas que se han enfrentado a experiencias traumáticas similares. En una región como ésta, donde la mayoría de la gente ha tenido que enfrentarse a la violencia, el miedo y la muerte, ésta es una parte importante de su trabajo pastoral. Sufrir un trauma no resuelto también podría llevar a algunas de las jóvenes hermanas a sufrir una crisis emocional y abandonar su vocación.

La preparación y financiación de los cursos es un reto. Hay que comprar el material del curso y pagar a los conferenciantes competentes por su tiempo y sus gastos de viaje. La congregación, que ayuda a los pobres y es ella misma pobre, no puede asumir el costo y ha pedido nuestro apoyo.

Proponemos ayudar a este importante taller de dos semanas con una contribución de $11.300 dólares.

¿Darías tu ayuda para que estos jóvenes religiosos puedan hacer frente al trauma mientras se preparan para servir a los demás en esta conflictiva región de Camerún?

Ayuda a la Iglesia que Sufre se compromete a invertir sus fondos donde tengan el mayor impacto para la Iglesia a la que servimos. Los fondos donados a los proyectos de Ayuda a la Iglesia que Sufre se destinarán a las necesidades más urgentes de nuestros programas para ayudar a mantener viva la Fe.