A pesar de las dificultades, el cristianismo crece «astronómicamente» en el norte de Nigeria
El obispo Habila Daboh, de la diócesis de Zaria en Nigeria, habló con ACN sobre la difícil situación de los cristianos en el norte del país, pero también insiste en que, a pesar de todo, su pueblo es feliz, porque tiene a Jesucristo.
Los cristianos del norte de Nigeria tienen que soportar muchas dificultades. La actividad yihadista, la delincuencia común y las rivalidades tribales suponen una amenaza directa para su seguridad y sus vidas, agravada por la imposición de la sharia en varias regiones.
No obstante, según el obispo Habila Daboh, de Zaria, «el número de cristianos crece astronómicamente en el norte de Nigeria».

En una entrevista concedida a la organización benéfica internacional Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN), el obispo Daboh explica que, desde los tiempos de la colonización, se disuadió a los misioneros de operar en el norte, de mayoría musulmana. Cuando el cristianismo empezó a abrirse paso en la región, reinó la armonía, pero una reciente afluencia de ideas fundamentalistas entre la comunidad musulmana ha enrarecido el ambiente.
«Crecimos juntos con las diferentes tribus», dijo a ACN el obispo, originario de esta parte de Nigeria. «La vida era normal. Compartíamos la comida de Navidad con los musulmanes, y durante sus celebraciones, ellos compartían su comida con nosotros. Comíamos juntos; jugábamos juntos al fútbol; íbamos a los mismos mercados; nos bañábamos en los mismos arroyos. Entonces llegaron los extremistas, que afirmaban que si no eres musulmán, no deberías estar vivo, y la vida se volvió terrible para los cristianos».
«Y de ahí viene la tensión actual. Piensan que no se nos permite estar en esta zona, y ven que estamos creciendo, y lo ven como una amenaza para la comunidad musulmana.»
El obispo recuerda el paradójico incidente de 2020, cuando cuatro de sus seminaristas fueron secuestrados. Tres fueron finalmente liberados, pero uno, Michael Nnadi, fue asesinado. En aquel momento, la gente especuló con que otros seminaristas abandonarían por miedo. «Curiosamente, ocurrió lo contrario, porque muchos jóvenes empezaron a solicitarlo. Quieren ser sacerdotes. Y cuando les preguntamos por qué, responden que quieren predicar a Jesucristo, decir a la gente que Jesús era un hombre de paz, y que predica la paz; predica el amor. Quieren ser sacerdotes para poder predicar el Evangelio del amor a todo el mundo. A pesar de las tensiones, tenemos gente celosa, interesada en el cristianismo, y por eso el cristianismo prospera en el norte de Nigeria. Está creciendo. La gente quiere predicar el amor. Quieren predicar la paz. Quieren que la gente sepa que tu prójimo es tu prójimo. Puede que no sea de tu tribu, puede que no sea de tu misma religión, pero seguimos creyendo que es tu prójimo y tú eres su prójimo, y ese es el Evangelio de Cristo».
Mientras los grupos yihadistas más extremistas, como Boko Haram, se oponen firmemente a cualquier forma de educación occidental, el obispo de Zaria insiste en que los cristianos de Nigeria invierten en sus estudios. «Mi pueblo tiene hambre de educación. Cuando reciben educación, se liberan: con educación, pueden encontrar comida por sí mismos; con educación, sabrán lo que está bien y lo que está mal.»
Por estas razones, el obispo Daboh dijo a ACN que cree que, aunque se enfrentan a amenazas constantes y muchos cristianos son desplazados, su pueblo encuentra la felicidad en medio de las dificultades.
«Mi pueblo es un pueblo feliz. A pesar de las dificultades, a pesar de su pobreza, a pesar de la persecución, mi pueblo sigue siendo un pueblo feliz», afirmó.
«Son felices porque tienen a Cristo».
―Jonas Soto y Filipe d’Avillez